lunes, 31 de marzo de 2008

Extraños a blanco y negro

Qué tan dramática puede resultar cierta situación en la que se ven involucrados dos extranjeros en el lugar que habitan, teniendo el mismo país de origen pero dos visiones parcialmente distintas de la existencia?
Uno: Si la vida es dejarla transcurrir sin más, convirtiendo la cotidianidad en un insonme estado vegetativo, entonces sólo se actúa movido por un catálogo de actos reflejos, no hay una pretensión que desvele un interés superior ni un cometido que procure salir de esa existencia endeble, cualquiera que sea el lado por el que se le quiera mirar.
Dos: Si la vida, en cambio, se le concibe como un espacio en el que se tiene que bregar día con día para allegarse otras posibilidades, aún cuando el lugar no sea el más idóneo o el indicado, entonces se inventan otros horizontes, se acuñan otras distancias, se mira con otros ojos lo cotidiano, y lo que se tiene que hacer importa por sí solo, no obstante la importancia que esos actos comunes -si se quiere, vulgares- comportan para el estadio pretendido.
En Extraños en el paraíso Jarmusch plantea estas dos perspectivas, tan disímiles y tan parecidas, tan cercanas y lejanas, tan de asco y de delicatessen. El transcurrir en las escenas, entrecortadas por fundidos en negro, da la sensación de una vida en episodios, como si la pausa fuera necesaria para repensar y repensarse, para repetir y repetirse, para acumular y entonces sí al avanzar abrir las manos y desplegar un vasto abanico de querencias y deseos.

(De Cirilo, todavía nada: su pretensión de perro vagabundo comienza a tomar forma. Tristeza, pesar, añoranza, y una desazón que ha comenzado a abarcar otros campos.
Las Chivas perdieron el invicto en el torneo local. El asunto no tiene que ver con eso, sino con aquello de que el futbol amenaza en convertirse en un bálsamo, de oasis por supuesto.
El sábado vi a los Cafetos en el Metropolitano: hace tiempo que no presenciaba un concierto: "Es una delicia ver tocar a esos tipos". La música, como bien dijo el vocalista en algún momento, es para soñar, sólo para soñar....)

jueves, 27 de marzo de 2008

Cirilo, de nuevo

He llegado a la conclusión de que Cirilo es un perro de casa que tiene una errada vocación de vagabundo. Apenas ve un resquicio en la puerta o portón que da a la calle y se lanza a escudriñar cada rincón de la colonia, a seguir cuanto rastro lo hipnotiza, a pasar algunas noches en algún lote baldío o acurrucado en los cajetes que rodean los parques.
Hace tiempo Cirilo se ausentó por más de tres meses. La sensación general, aunque no hablada, era que ya no volvería como en tantas veces que se iba y volvía por la noche o al siguiente día o a los dos días.... Casi cien días eran suficientes para empezar a dar cabida a la resignación cuando, una mañana, tempranísimo, la Topa salía a trabajar y lo encontró junto a la puerta, lloriqueando.
Esa aventura trajo algunas complicancias: regresó flaco, en los puros huesos; con el pelambre cual si fueran rastas; con un olor nauseabundo; y numerosas pulgas habían hecho su casa entre sus pelos enmielados. Hubo que vacunarlo, cuidarlo, alimentarlo, bañarlo; lo importante era su regreso, casi como el hijo pródigo bíblico....
Ayer por la tarde otra vez se fue, se lanzó de nuevo a la calle; la preocupancia se ahonda al considerar que Cirilo es un perro pequeño y nunca se detiene para buscar pleito con otros canes mucho más grandes, fuertes y rabiosos que él....
Cirilo es un perro con errada vocación de vagabundo, pues le encanta divagar pero difícilmente sabe sobrevivir a la calle.

(En el Día Mundial del Libro -a celebrarse el próximo mes- se hará una lectura pública -por doce horas- de la novela "Al filo del agua" de Agustín Yáñez, que se impuso en la votación a "El extranjero" de Albert Camus y a "Aura" de Carlos Fuentes. Un escritor tapatío -nacido en El Santuario- para una lectura entre tapatíos.)

miércoles, 26 de marzo de 2008

Titilan una danza

Existe un personaje que por estos días “no da pie con bola”, es decir, si se decidiera a jugar bote pateado en la calle no le atinaría ni a esas enormes pelotas de playa. Lo rescatable es que las buenas palabras, los gestos no insidiosos ni inquisitivos, las actitudes de escucha que acaban siendo casi un abrazo, constituyen para él brújulas de las que, quizás en algún momento o bajo ciertas circunstancias, habrá de echar mano o tirará por la borda.
En estos días, en un día de éstos y no de aquellos, dicho personaje, no obstante que se aferra a no confundir las luciérnagas con relámpagos, a veces considera que las primeras acaban siendo como los segundos: piensa que las luciérnagas devinieron en relámpagos, o también le gusta pensar que los relámpagos lucharon por mucho tiempo para presumirse como luciérnagas.

“Ella es delgada como un dios, un cisne blanco en la azotea….”
Armando Rosas, “Cisne blanco”

(La actriz que da vida a Edith Piaf en "Mi vida en rosa" desarrolla una actuación digna de ponerse de pie, una actuación sobrecogedora, de largo aliento, exquisita.... Historia aparte, por supuesto.... Quien todavía no lo haya visto, dése una vuelta por el cine y disfrute de este filme.)

lunes, 24 de marzo de 2008

Febrero y sus últimas ciudades

Allá me quedé, en aquellos días que todavía parecen tan cercanos, en aquellos lugares que aprendí a recorrer, en aquello que está empecinado en no marcharse.... me quedé "en las últimas ciudades de febrero", en las últimas ciudades de los primeros días de febrero, en los primeros días, en febrero....

(El jueves por la tarde-noche, en charla de café con unos queridísimos amigos hablamos sobre variados temas y pude adentrarme un poco más en sus vidas. A menudo, como bien escribe Arreola, "no siempre la distancia más corta entre un punto y otro es la recta". Así que, Elda y Martín, tras algunos rodeos, parece que hemos encontrado el punto. Un abrazo para ambos.)

"¿Cómo sabe uno cuando las cosas acaban?...."
Protagonista del cortometraje "Breve luz de noche" de Pierre Saint-Martín Castellanos

martes, 18 de marzo de 2008

El título del blog

El nombre elegido para este espacio es un verso de un poema de Ricardo Yáñez (que transcribo puntualmente); ello obedece a la intención de hacer un pequeñísimo homenaje a esa poesía suya sin pretensión vana, carente de elucubraciones inentendibles que en muchos casos saturan la poesía.

Si no amor soy entonces qué carajos
qué nube de pesar qué estrella herida
bandera por qué vientos abatida
conversación resuelta en qué estropajos

vengo del corazón a mis trabajos
y voy de mis trabajos a la vida
vida que se te entrega inmerecida
pero que sabe dar sus golpes bajos

no sé ni qué decir pero me digo
que al fin y al cabo soy un buen testigo
y voy a atestiguar que estoy amando

todo lo que perdí mejor ahora
que cuando lo tenía llora llora
no dejes de cantar te estoy mirando

(Gracias a aquellos lectores que pasan –o pasarán– por aquí y que habían seguido los pasos de elrayomacoy en el anterior blog. Por diversas cuestiones se ha abierto este blog, y no pretende, de ninguna forma y bajo ninguna circunstancia, darle continuidad a aquél que, huelga decirlo, se volvió imposible sostener.)

“Yo quiero que me entierren allá en una nube….”
Jaime López, “En una nube”

lunes, 17 de marzo de 2008

El sol que estás mirando

En "El sol que estás mirando", Jesús Gardea traza la geografía de un pueblo en el que sólo hay sol, "ahí, el sol todo lo quema, todo lo calcina". Con la punta de sus dedos toca todo, incluso las cabezas -por sobre los sombreros- de todo aquél que se aventura a cruzar alguna calle cuando el sol está en todo lo alto. En aquella ciénaga extraviada sólo hay un indicio para encontrar la salida del laberinto antes de que anochezca, el sol, la ruta del sol, el rastro del sol, la respiración del sol.... De ese sol no tenemos por acá.

(La clausura del Festival de Cine desmereció en organización y desarrollo, careció de emoción y en ningún momento hubo ansias contenidas. La noche se salvó con la proyección de "14 kilómetros", el filme ganador del festival.)